Estos dirigentes que encabezan el
pensamiento golpista en Venezuela buscan desesperadamente conseguir apoyo
internacional. Solo queda a su lado la derecha más reaccionaria como Aznar o
Vargas Llosa.
La derecha venezolana prosigue en su
gira internacional con el objetivo de deslegitimar al presidente electo Nicolás
Maduro. Para intentar conseguir tal objetivo apelan a los mismos argumentos en
cada intervención: se presentan a ellos mismos como víctimas y como únicos
garantes de la democracia en un país donde reinaría el caos económico, político
y social. Así lo ha hecho María Corina Machado en Colombia al igual que Julio
Borges en Oslo.
Para llevar adelante dichos objetivos
cuentan con el respaldo de la derecha internacional que les brinda espacios
para sus intervenciones. Tal es el caso del evento organizado por la Fundación
para el Análisis y los Estudios Sociales (Faes), un espacio que dirige el
expresidente de España, José María Aznar, miembro del partido político que hoy
gobierna en España, el Partido Popular, que lleva adelante masivos recortes sociales.
Las jornadas organizadas por la Faes
comenzaron hoy miércoles y seguirán en el día de mañana, con la intervención,
entre otros, de María Corina Machado, Julio Borges, el escritor peruano Mario
Vargas Llosa, la bloguera cubana que recorre el mundo para difamar al gobierno
cubano, Yoani Sánchez, el mismo José María Aznar, y el expresidente de México,
Felipe Calderón, bajo cuyo gobierno creció exponencialmente el narcotráfico y
el asesinato en México.
En su exposición María Corina Machado
afirmó que en Venezuela “no hay democracia” y que el gobierno nacional busca
“tener una sociedad sometida”. Así volvió a ofrecer un cuadro de nuestro país
donde ellos, la derecha, que luego de las elecciones del 14 de abril produjeron
un saldo de 11 muertos, serían los garantes de la libertad y la democracia ante
un gobierno despótico.
Claro que los episodios ocurridos
luego del 14 de abril no son mencionados, sino que sus palabras se centraron en
tejer un panorama de miedo afirmando que lo más “preocupante” es “el control de
la intimidad, de la conciencia del ser humano”, que el gobierno es una “amenaza
a la seguridad y a la estabilidad de la región”.
Y afirmó que: “Los gobiernos de
América Latina nos han dado la espalda, la excusa de la injerencia es
inaceptable”, evidenciando con esto la soledad en la que se encuentra la
derecha venezolana ya que todos los gobiernos del continente reconocieron al
presidente Maduro como electo democráticamente por el pueblo.
Así estos dirigentes que encabezan el
pensamiento golpista en Venezuela buscan apoyo en su lucha por conseguir el
soporte internacional que han perdido. Lo hacen junto a los representantes
mundiales que apoyan al imperialismo norteamericano como son Aznar, Vargas
Llosa y Sánchez, quien afirmó que el gobierno de Cuba y de Venezuela son
gobiernos dictatoriales.

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