miércoles, 3 de julio de 2013

JULIO BORGES Y MARÍA CORINA LLORARON Y PATALEARON EN OSLO



Estos dirigentes que encabezan el pensamiento golpista en Venezuela buscan desesperadamente conseguir apoyo internacional. Solo queda a su lado la derecha más reaccionaria como Aznar o Vargas Llosa.

La derecha venezolana prosigue en su gira internacional con el objetivo de deslegitimar al presidente electo Nicolás Maduro. Para intentar conseguir tal objetivo apelan a los mismos argumentos en cada intervención: se presentan a ellos mismos como víctimas y como únicos garantes de la democracia en un país donde reinaría el caos económico, político y social. Así lo ha hecho María Corina Machado en Colombia al igual que Julio Borges en Oslo.

Para llevar adelante dichos objetivos cuentan con el respaldo de la derecha internacional que les brinda espacios para sus intervenciones. Tal es el caso del evento organizado por la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (Faes), un espacio que dirige el expresidente de España, José María Aznar, miembro del partido político que hoy gobierna en España, el Partido Popular, que lleva adelante masivos recortes sociales.

Las jornadas organizadas por la Faes comenzaron hoy miércoles y seguirán en el día de mañana, con la intervención, entre otros, de María Corina Machado, Julio Borges, el escritor peruano Mario Vargas Llosa, la bloguera cubana que recorre el mundo para difamar al gobierno cubano, Yoani Sánchez, el mismo José María Aznar, y el expresidente de México, Felipe Calderón, bajo cuyo gobierno creció exponencialmente el narcotráfico y el asesinato en México.

En su exposición María Corina Machado afirmó que en Venezuela “no hay democracia” y que el gobierno nacional busca “tener una sociedad sometida”. Así volvió a ofrecer un cuadro de nuestro país donde ellos, la derecha, que luego de las elecciones del 14 de abril produjeron un saldo de 11 muertos, serían los garantes de la libertad y la democracia ante un gobierno despótico.

Claro que los episodios ocurridos luego del 14 de abril no son mencionados, sino que sus palabras se centraron en tejer un panorama de miedo afirmando que lo más “preocupante” es “el control de la intimidad, de la conciencia del ser humano”, que el gobierno es una “amenaza a la seguridad y a la estabilidad de la región”.

Y afirmó que: “Los gobiernos de América Latina nos han dado la espalda, la excusa de la injerencia es inaceptable”, evidenciando con esto la soledad en la que se encuentra la derecha venezolana ya que todos los gobiernos del continente reconocieron al presidente Maduro como electo democráticamente por el pueblo.

Así estos dirigentes que encabezan el pensamiento golpista en Venezuela buscan apoyo en su lucha por conseguir el soporte internacional que han perdido. Lo hacen junto a los representantes mundiales que apoyan al imperialismo norteamericano como son Aznar, Vargas Llosa y Sánchez, quien afirmó que el gobierno de Cuba y de Venezuela son gobiernos dictatoriales.

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