miércoles, 19 de junio de 2013

Casi LISTO el Proyecto de Ley de Semillas que prohíbe a los nocivos transgénicos en nuestro País


Este lunes, José Alfredo Ureña, coordinador de la subcomisión de desarrollo agroalimentario de la Asamblea Nacional (AN), informó que los principales objetivos del anteproyecto de la ley de semillas, actualmente discutido en la subcomisión permanente, son incrementar nuestra producción nacional, garantizar la soberanía alimentaria e impedir el uso de transgénicos en Venezuela, para preservar así la diversidad biológica de nuestro territorio.

Este proyecto de ley busca poner orden en el sector, ya que las políticas de producción de semillas en nuestro país no se han unificado. Además, quiere estimular la siembra para ese fin, que en estos momentos pasa por un déficit en Venezuela.

El asambleísta explicó que uno de los puntos fuertes del planteamiento legal es que se define como antitransgénico ya que “estudios alertan sobre la incidencia en la salud de animales y seres humanos cuando se consumen alimentos con organismos modificados genéticamente”.

Además, destacó que la ley será antitransgénica porque se ha demostrado que “una gran cantidad de la producción agrícola con transgénicos acaba con el ambiente, afecta a los microorganismos y contamina los cultivos locales”, entre otros daños. Por ello, es necesaria esta ley, que plantea con toda claridad la prohibición de uso de estos productos, algo que no está bien definido en la norma vigente.

Igualmente, aseguró que para construir este proyecto, se han tomado en cuenta las inquietudes de los movimientos agroecológicos, que tienen mucha actividad en Venezuela, no solo en cuanto al uso y consumo de alimentos, sino en relación con los paquetes tecnológicos que manejan, en los que vienen incluidos fertilizantes agroquímicos.

“Sin estos venenos las semillas modificadas genéticamente no tienen buenos rendimientos”, añadió al tiempo que acotó que “Venezuela es el sexto país con diversidad biológica en el mundo, y los paquetes tecnológicos que traen con las semillas afectan a la biodiversidad”.

“Son innumerables las denuncias contra trasnacionales oligopólicas como Monsanto y Pioneer, que manejan cerca del 90 por ciento de las semillas en el mundo, por lo que los productores se ven obligados a adquirir paquetes completos que incluyen agrotóxicos, ya que de lo contrario las matas no crecen”, detalló.

En este sentido, indicó que “el pueblo organizado ha manifestado que no quiere los transgénicos, y nosotros hemos oído esas voces. Pero, además, el Comandante eterno Hugo Chávez se pronunció en varias oportunidades contra esos proyectos. En 2004, 2006 y 2007 paró unos proyectos de soya en la Mesa de Guanipa. De manera que hay suficientes argumentos para aprobar una nueva ley de semillas”.

A propósito de ello, reiteró que este proyecto plantea sustituir la Ley de semillas, productos para la producción animal e insumos biológicos, vigente desde octubre de 2002, ya que su radio de acción es tan amplio que la hace inaplicable. “Esto fue otro motivo para elaborar un nuevo instrumento legal en el que están participando varios ministerios: Agricultura y Tierras; Ciencia, Tecnología e Innovación; Comercio; Ambiente; Alimentación, y Relaciones Exteriores”, aseveró.

Ureña enfatizó que “la ley será resultado de un consenso entre todos los actores: productores agrícolas, comercializadores, movimientos sociales agroecológicos y movimientos contra el uso de los transgénicos”.
En esta tónica precisó que este instrumento legal impedirá que los alimentos transgénicos que se producen en el Mercado Común del Sur (Mercosur) ingresen a nuestro país. “Ellos producen más y son más eficientes, pero eso trae consigo el uso de manera acelerada de esas variedades. Nosotros planteamos que tenemos que ser más eficientes, pero con métodos que no empleen esas técnicas ni semillas modificadas genéticamente”, especificó.

La discusión general de este proyecto será llevada a cabo en julio de este año y planea la fundación de un Instituto Nacional de Semillas que fiscalice y certifique de manera autónoma la producción agrícola en el territorio nacional.

“Esto permitirá certificar si las semillas y otros productos tienen un origen transgénico, incluso los productos terminados. También prevé crear un banco local de semillas que debería estar en Guárico, como primer paso, y después ir reproduciendo estas experiencias en otros estados, dependiendo de lo que se cultive en cada región”, expresó.

Recalcó que “esta idea nace de la necesidad de garantizar la soberanía del país en materia de semillas, un eslabón fundamental en la cadena agroalimentaria”.

“Esta es una manera de alcanzar la independencia para los pequeños productos, medianos y hasta grandes, que dependen de las grandes transnacionales. Lo que se busca es que se utilicen criterios técnicos para el uso de semillas, y que sea en el país que se decida el tipo y la variedad a usar, no que se imponga desde afuera”, finalizó el diputado.

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