Desde utilizar varias cédulas falsas,
vender números para las kilométricas colas, guardar puestos en ellas, dormir en
los alrededores de los mercados, llevarse niños y ancianos, establecer
circuitos de contrabando vía telefónica, hasta revender alimentos dentro de los
mismos establecimientos, el bachaqueo es camaleónico para burlar los controles
de los supermercados.
Como si se tratara de un virus
cercado en un laboratorio que se resiste a los antibióticos, el bachaqueo muta.
Basta con pasar revista a la denuncia del propio titular de seguridad ciudadana
del Zulia, Jairo Ramírez, quien el domingo desveló que hay quienes usan cédulas
falsas y hasta de muertos para comprar. “Son varios los casos que estamos
estudiando y por eso esta semana vamos a buscar nuevas formas de atacar este
flagelo”, advirtió Ramírez.
Pero la gente en la calle a visto
mucho más acerca de cómo se comporta el camaleónico delito. Desde las redes
sociales de este diario, Edixon Herrera manifestó que lo más “insólito fue
cuando vio a “una mujer que entró al ‘super’ y en un carrito metió toda la
harina que había y luego, dentro del propio supermercado, la vendía a Bs. 6.
Después, tenían que pagarla en la caja. Estaba indignado, iba a denunciarla,
pero cuando vi a varias personas pagando por tomar la harina del carrito de la
bachaquera me dije: que bolsa es está gente”.
Alí Javier Suárez, otro usuario, estaba
en un supermercado del norte de la ciudad cuando escuchó a una mujer llamando a
varias personas por teléfono y comenzó a “coordinar en qué supermercado iban a
hacer cada uno la cola para guardar los puestos, porque ella se encargaría de
enviar a sus ‘ejércitos’ a cada uno de esos lugares. Señores, esto del
bachaqueo va mas allá de unos pocos llevándose todo de las tiendas”.
Mientras que Liseth Godoy pudo ver
cómo llegaban grupos de más de diez personas, incluyendo ancianos, que no
pueden ni sostenerse solos y se llevaron todo en tan solo cinco minutos. “Van
de súper en súper buscando los regulados para explotar al consumidor con el
triple del precio”, se quejó.
Para Jennifer Urdaneta Leal, el
“descaro” del bachaqueo ha llegado a un punto crítico: “Me tocó a mí, haciendo
la cola en un establecimiento. Me di cuenta que no llevaba mi cédula de
identidad, pero detrás de mi había una tipa que me dijo: tranquila, yo te
presto una... ¿qué tal?”.
Hay quienes han denunciado que un
tercero le paga hasta 100 bolívares diarios a un bachaquero para que compre
varias veces en un mismo día en los ‘super’. “Se va toda la familia, desde el
anciano hasta el niño a comprar y después que terminan en un supermercado van
al otro. Ya hasta conocen los horarios en el que van a sacar los productos. Han
permitido que los bachaqueros se crean dueños de los supermercados”, refirió
Kelly Dos Santos.
Aun cuando en la entidad se activó el
plan de Seguridad Alimentaria, el pasado 9 de mayo, para garantizar el
abastecimiento y acabar con el saqueo de productos, las colas en los mercados
sigue siendo el dolor de cabeza de los usuarios marabinos, quienes han tenido
que esperar hasta cinco horas para adquirir dos kilos de cada rubro regulado,
que es lo máximo que pueden comprar.
El plan ha permitido que unas 117
personas hayan sido detenidas por estar involucrados en esta forma delictiva y
que a través de un sistema automatizado en los supermercados se detecte la
compra de productos con cédulas falsas o de personas fallecidas.
Hasta el gobernador Francisco Arias
Cárdenas confirmó, ayer, que “ellos (bachaqueros) dan la vuelta, buscan la
manera de hacer trampas. Hemos logrado avances notables en algunos mercados.
Todavía tenemos problemas, pero esta es una pelea larga. Son vicios que por muchos
años se vinieron arraigando y por eso estamos revisando y determinando las
fallas para insistir con mayor fortaleza”.
(Panorama)
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